María Victoria, 28 años estudiante de la Licenciatura en
Comunicación social. Estoy transitando un periodo de poner a prueba mi
escritura y conocimientos. Siempre necesito racionalizar todo de alguna manera.
De que vas a hablar? De todo lo que rodea y mis intereses más afines. Que
novedad hablar sobre moda, tendencias, DIY, mascotas, hogar, viajes. La verdad
muy cliché todo. Sí, pero soy bastante minita (como la mayoría) y sinceramente
creo que el aporte de cada una es diferente porque el ADN y la construcción de
cada una es muy personal.
Entonces, empiezo por mi infancia. Hija única, los
viernes a la tardecita me pasaba a
buscar mi tía y me quedaba hasta el domingo a la tarde en su casa (a 5 cuadras de la mía). Por supuesto que
para mí esas eran mini aventuras constantes. Mi tía en ese entonces (y hasta
mis 10) estuvo soltera, y su casa era el edén para una niña, que podía vestirse
con su ropa y maquillarse con todo lo que había en sus cajones (paciencia de
santa ahora que lo recuerdo, escribo y leo).
Detalle importantísimo mi tía, modista. Hacía vestidos de novias, de 15 años,
de madrinas, disfraces… por eso mis fines de semanas eran estar rodeadas de
figurines, moldes y telas.
El ruido de la máquina de coser y las
manos llenas de dedales mientras esperaba que me lleguen los retazos
para coser a mano ropa para las muñecas o alguna cosa “súper útil”
Y por eso me encanta la ropa, y creo que es divino cuando
salís a comprar ropa y te queda como lo pensaste y llevas esa bolsa con un
orgullo gigante.
Pero cuando no sucede eso pocas veces pensamos en que de ese molde salieron
1500 iguales y no somos todas así. O ves una foto de una chica que le llego
como canje un pantalón divino de $4500 y lo primero que se pasa por la cabeza es:
Lo vale? Lo quiero, me encanta pero CUATROMIL QUINIENTOS PESOS! Esto es un
testimonio en primera persona, el pantalón era rojo de lino.
Busque miles de fotos, y moldes. Fui a
comprar la tela. Termine usando un jean que me queda bien de cintura, marque el
lino con jabón y corté. Uní a mano y luego a máquina.
Pantalón rojo de lino: Furor. Usé 1.5 mts de tela. Me salió $120, más un metro
de elástico para la cintura otros $6 pero podría haber hecho la tirita con la
misma tela y no tenía ese “gasto”.
En fin, el mensaje de hoy es que sí, quizás lleva más tiempo y paciencia, pero si tenes una máquina o una madre/ tia,
vecina, amiga buena onda que te la presta (o te lo cose) mientras toman unos
mates… no hay look que no podamos tener. Y lo más importante, es que nos va a
quedar pintado, porque la base es nuestro propio cuerpo.